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Como cuidar a mi familiar con problemas cognitivos

Sepa qué hacer cuando el adulto (a) mayor presenta conducta agitada, repetitiva y agresiva

¿Qué son trastornos cognitivos?
 
Son la alteración de alguna o algunas funciones cognitivas, que se programan en el cerebro y determinan lo que podamos pensar, percibir y actuar. Existen muchas funciones cognitivas. Entre ellas están la percepción, la atención, el lenguaje y la memoria. Por lo general, las personas con problemas cognitivos exigen una atención especial, que incluye supervisión directa, técnicas especializadas de comunicación, la atención a conductas extrañas o difíciles, la incontinencia y la ayuda para realizar actividades de la vida cotidiana, como bañarse, alimentarse, el aseo personal y otros menesteres diarios. Es probable que las personas cuidadoras sufran de una gran tensión, debido a sus responsabilidades en la atención al ser querido. Muchas personas se deprimen o padecen ansiedad y otras sufren trastornos físicos relacionados con la tensión que genera el cuidado del paciente.

El cuidado en el hogar
Tenga cuidado con los posibles peligros relacionados con:

  • Riesgos de incendio, como cocinas, cigarrillos, encendedores y fósforos.
  • Objetos afilados o puntiagudos, como cuchillos, navajas y agujas.
  • Venenos, medicamentos y productos tóxicos de uso domésticos.
  • Alfombras, muebles y pasillos congestionados que provoquen caídas.
  • Iluminación deficiente.

Cerciórese de disponer de:

  • Cerraduras para impedir las salidas.
  • Barras seguras para sujetarse en el baño y alfombras que no resbalen.
  • Supervisión del consumo de alimentos y alcohol.
  • Los números de teléfono de emergencia e información.

¿Cómo enfrentar conductas problemáticas?


Las personas que padecen trastornos cognitivos pueden mostrar una amplia gama de problemas de conducta, entre ellos las dificultades de comunicación, comportamiento repetitivo, conductas agresivas o impulsivas, falta de motivación, problemas de la memoria, incontinencia, dificultad para tomar decisiones correctas y deambulación.

Comunicación: Elimine fuentes de distracción (TV, radio), emplee frases breves y sencillas, exprese una sola orden o indicación en cada frase y evite frases en negativo. Module el tono y utilice los gestos. No le hable como si fuera un niño.
Deambulación: Cambie cerrojos de las puertas, pruebe usar barreras para ocultarlas, identifique a su familiar (pulsera) programe caminatas periódicas para reducir la inquietud.
Incontinencia: Programe un horario para ir al servicio. Asegúrese que ingiera suficiente líquido para no deshidratarse. Durante la noche, ilumine el camino hacia el baño y utilice ropa fácil de quitar y de lavar.
Conducta repetitiva: Fortalezca el sentimiento de seguridad, trate de distraerlo. No le recuerde que acaba de hacer la misma pregunta. Aprenda a interpretar ciertas conductas. Un estado de agitación, o el quitarse la ropa puede indicar la necesidad de ir al baño.
Conducta furiosa o agitada: Consulte al médico para determinar si existe alguna causa clínica o si los medicamentos provocan efectos secundarios negativos. Disminuya el consumo de cafeína. Reduzca el ruido exterior, el desorden y el número de personas  presentes en el dormitorio. Mantenga un entorno estable y rutinas fijas. Ayude al paciente a orientarse con calendarios y relojes. Intente calmar la agitación mediante palmadas suaves, música tranquila, lectura y caminatas. Háblele con voz suave y reconfortante. Hágale saber que comprende su molestia.
Paranoia: Primero consulte al médico para valorar el origen de las misma. Si el paciente insiste en que le falta dinero permítale guardar una pequeña suma en el bolsillo. Ayúdelo a buscar objetos perdidos. Evite  toda discusión. Explique a los demás familiares que las acusaciones y sospechas son parte de la enfermedad del paciente.
Otros aspectos problemáticos: Si la hora del baño es un problema, tome en cuenta que éste puede omitirse alguna vez.  Si tiene problemas de insomnio elimine la cantidad de cafeína por la noche, que realice ejercicio durante el día e infórmese sobre la higiene del sueño.

Cuídese usted también:

Algunas cuidadoras o cuidadores no quieren reconocer la tensión personal relacionada con las muchas tareas, responsabilidades y largas horas dedicadas al cuidado de la persona adulta mayor. Es importante que se enorgullezca del trabajo que realiza pero también debe buscar el apoyo de otras personas. De vez en cuando tómese un respiro en sus deberes cotidianos. Programe un tiempo para relajarse, puede ser en un breve paseo, descansar tranquilamente, visitar familiares o escuchar música, entre otras.

Atienda su propio estado de salud, la tensión puede contribuir a provocar distintos trastornos. Las comidas balanceadas, el horario normal para dormir y la atención a las molestias persistentes son esenciales para su propio cuidado. Todo ello también contribuirá a realzar su fortaleza física, su capacidad para encontrar soluciones y la energía necesaria para sus labores.
Afronte el aislamiento social progresivo asistiendo a reuniones de grupo de apoyo u religiosos. Trabaje con profesionales para resolver sus sentimientos de ira, frustración, culpabilidad o pérdida y las demás obligaciones de carácter personal, laboral y familiar.